El diseño de modas como una forma de comunicar y como una forma de desarrollo tanto cultural como social. Utiliza el diseño de modas como una expresión de arte más no ¨moda por moda¨, con la posibilidad de trasmitir ideas y aterrizarlas en “formas” sin desprenderse de la relación instintiva entre “cuerpo-persona”.
domingo, 17 de marzo de 2013
sábado, 16 de marzo de 2013
[M o r e t o n e s ]
[ Festival
Nosotras estamos en la calle ] 8 de marzo dia de Mujer
Hoy mientras esperaba en el tráfico sentada en el taxi, fui testigo de
una escena bastante cruda. Una pareja peleaba , él le gritaba palabrotas a viva voz , le reclamaba porque le había sido infiel (decía) y ella de la mano de su hija muy
pequeñita ,quizás de unos 4 años, lloraba pidiéndole “perdón”, mientras
él solo se dedicaba a
levantarle la mano imitando la acción de un golpe. Se acercaba, le advertía que
le pegaría. Su hijita, no entendía que pasaba, no lloraba, ni sonreía, solo
estaba inmutable, dejándose zarandear por su mamá que esquivaba con miedo las
ganas de él por golpearla. Todos mirábamos desde las ventanas de los carros
como si esperáramos el “manotazo final” que nos haga reaccionar, hasta que lo hizo, se acerco desafiante y la
golpeó, desde los autos estacionados se escucharon gritos como ¡¡“cobardee!!!!” ¡¡“no le pegues!!!”
¡¡“abusivo!!” y un taxista no lo pensó, abrió su puerta, salió indignado,
quería ir hacia él para darle el mismo golpe(o peor), se unieron varios
taxistas más y fueron a golpearlo. La señora y su hija desaparecieron.
Mi taxi avanzó , algo me dijo el taxista, pero no le preste atención; yo
no dejaba de mirar atrás, no dejaba de temblar , no pude reaccionar, solo dejé
que el aire pasara por mi rostro como esperando “helar” mis emociones, y pensé
en las incontables veces q estuve en la misma situación, pensé en que me
hubiera gustado tener tantos taxistas a mi alrededor para que me defiendan ,
pensé en la vez que fui a denunciarte, pensé en lo poco efectiva que fue esa
denuncia, pensé en las veces que me sentí humillada , y me vino una sensación
amarga, sin poder pasar saliva, después solo pensé “espero que la vida sea sabia , dejo que ella se
encargue”. El taxista me volvió
hablar, esta vez le preste atención:
- señorita, se asusto
no?
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