Cuando alguien se viste, con su ropa quiere decirnos algo y no sabemos muy bien qué. Lo bonito es que no es explícito, puede ser vulgar, atrevido, original, innovador, conservador, poético, aburrido, gracioso, sensual, pícaro, convencional; pero eso solo se aferrará a interpretaciones, a la sensibilidad e inteligencia de cada quien.
Nos alejamos de las pasarelas, de las peluquerías, de las tiendas comerciales y nos acercamos más a la calle, a los territorios íntimos, a las fiestas de amigos, a los atardeceres, a la noche o al ocio. A través de la moda descubriremos emociones.
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